He de agradecer al responsable del texto de la contraportada del libro el haber podido escribir esta reseña, la sinopsis que realiza me ha dado la idea para enfocarla, creo que sin su ayuda no hubiese sabido por dónde empezar. Éste es el texto:
«Una mujer vive en la ladera de la montaña, entre la neblina que baja y el follaje feraz. Su misión es cuidar los linderos, avisar al celador de cualquier anomalía. En sus cuadernos escribe sobre su rutina parsimoniosa y los recuerdos de una infancia marcada por una madre brutal y por el deseo insatisfecho de aprender. Al fondo, se escucha la cantera y el ruido de las camionetas blindadas sobre la destapada. Un día aparece en su jardín un cuerpo, y turbados y cuidadosos de no llamar la atención, con el celador deciden enterrarlo. Pero aparece otro. Y otro y otro y otro…»
No me digáis que no es bueno. De hecho es tan bueno
y completo que hace innecesaria la lectura de la novela. Por eso sugiero a
todos los que estéis interesados en el libro que os deis una vuelta por la
librería más próxima (o más fácil aún que lo busquéis por internet) y echéis un
vistazo a su contraportada. En menos de un minuto será como si os lo hubierais
leído de cabo a rabo. Os puedo decir que la lectura íntegra apenas aporta nada
que no esté ya implícito en la sinopsis, es más puede hacer que el lector se
sienta desilusionado una vez llegue a la última página y se dé cuenta de que
realmente es así. No me gustaría exagerar y espero que Fernanda Trías me perdone
con lo que voy a afirmar pero creo que la sinopsis es tan buena que supera a la
novela.
El monte de las furias es una novela de su tiempo y como tal aborda un
amplio abanico de temas preceptivos para cualquier autora que se diga
pertenecer al siglo XXI, entre ellos cabe destacar la mujer, la maternidad y el
medio ambiente. Todo está en la sinopsis, si uno la lee con la debida atención
y lo que no lo está se infiere fácilmente a no ser que vivamos al margen de lo
que sucede en la ficción actual. La protagonista como no podía ser de otra
manera es una mujer con una infancia difícil, maltratada por una madre que es a
su vez víctima de una sociedad injusta. El padre se marchó o murió, no lo
recuerdo bien. En general los hombres que aparecen son violentos y desconsiderados.
El medio ambiente es otro de los temas de actualidad muy presente a lo largo de
toda la novela y queda representado por la montaña que le da título. Fernanda
Trías le cede su voz en varios capítulos, en los que no sólo da testimonio de
las connaturales tensiones orogénicas que debe soportar derivadas de su
naturaleza montuosa sino que además cuenta los desmanes a los que se ve
sometida por la acción del hombre. Todo esto es narrado de una manera poética,
con un lirismo escarpado, alpino y montaraz como cabría esperar de un accidente
geográfico de este tipo.
Esto le permite a la escritora uruguaya trazar un símil
entre le violencia que se ejerce sobre la mujer y el que se inflige al medio
ambiente. La metáfora es tan transparente e inspirada, la relación entre una
cosa y la otra resulta tan evidente que se obvia en el resumen de la
contraportada del libro. Poco más me queda por añadir. El
monte de las furias ha hecho posible
una contraportada única, el resumen que realiza es perfecto en su
concisión y refleja todo lo que encierra el libro. Me ha gustado tanto que en
cuanto pueda me leeré las contraportadas de los otros libros de la autora.