Aquí estamos una vez más, a vueltas con la space opera.
Desde hace tiempo tenía ganas de hincarle el diente a un libro de Alastair
Reynolds, del que muchos aficionados a la ciencia-ficción hablan maravillas,
pero la longitud de sus libros y el hecho de que la mayoría pertenezcan a una
serie, en concreto de Espacio revelación, (ya saben
que no soy muy amigo de ellas) siempre ha acabado desalentándome. Me da que
algo muy parecido a esto lo he dicho ya en otra de mis reseñas. Bueno, a mí
también se me acaba la imaginación. Pero como iba diciendo, siendo como es una
novela que pertenece a la space opera, Casa de soles tiene dos virtudes
nada desdeñables: Una, que es entretenida; dos, que no tiene secuelas.
Casa de soles pertenece a ese subgénero mastodóntico
de la ciencia-ficción en que todo es a lo grande, las naves en lugar de en metros
se miden en kilómetros, las distancias en años luz y hasta los edificios pueden
tener un millón de habitaciones. Reynolds no se contenta con dilatar únicamente el espacio hasta lo
increíble, también los lapsos de tiempo que maneja resultan exorbitantes. La
misma acción que se narra en esta novela, creo (con estas cifras nunca se puede
estar seguro), transcurre a lo largo de miles de años. Todo es enorme. Podría pensarse que
en esta novela especular sobre el futuro consiste únicamente en agrandar a lo
bestia elementos comunes de la ciencia-ficción y en parte es así, puesto que en
la obra encontramos anillos de Dyson con un perímetro de una hora luz,
criaturas del tamaño de un sistema solar, individuos clonados por millares y
alguna cosa más que se me olvida. Lo cierto es que aunque Reynolds no inventa
nada nuevo al menos sabe utilizar sus recursos adecuadamente.
Poco se puede contar de la trama, que por cierto resulta
bastante clásica, sin echar a perder las sorpresas que depara su lectura. Por
un lado sabemos que hace millones de años existió una raza muy avanzada, la de
los “Priores”, que desapareció misteriosamente del universo dejando tras sí algunos valiosos artilugios.
Sé lo que están pensando, como los “Heechees” que imaginó Frederik Pohl en Pórtico.
Aprovecho para decir que si no la han leído aún, no pierdan el tiempo con esta
torpe reseña y vayan a leerla. Los protagonistas de Casa de soles son
miembros de los “Gentian” una organización cuyo fin además de perpetuarse es
explorar el universo. Esta formada por clones de una misma persona llamada
Abigail Gentian a la que el autor dedica el primer capítulo de cada una de las
ocho partes que componen el libro. Lo cierto es que este relato intercalado
dentro de la novela y en el que se cuenta el origen de los “Gentian” es una de
las partes que más me han gustado del libro. El misterio lo aporta otra
organización oculta llamada “Casa de
soles”, que actúa en la sombra. Sí, ya sé
lo que van a decirme, como en las Fundaciones de Isaac Asimov. ¡Y a mí
que me cuentan! Si tienen alguna queja, diríjanse al autor. Ah, bueno, se me
olvidaba decir que también hay un malvado traidor.
Menos común es toparse en una space opera moderna con una
historia romántica. Lo malo es que el autor no logra en ningún momento que el
amor entre los protagonistas logre enternecer a nadie. La pareja de enamorados,
Purslane y Campion, se van turnando en cada capítulo para contar la historia y
no vean lo que cuesta distinguir a la una del otro. Y aquí es donde
fracasa la novela, en crear unos protagonistas diferenciados de carne y hueso
que transmitan amor y pasión por los cuatro costados, algo que ni siquiera el
bello y tierno final consigue arreglar.
La intriga está bien
resuelta, hay tensión, batallas espaciales (para el que le guste, yo pienso que
podía haberlas abreviado), crímenes, torturas futuristas, robots... todo lo que
a un aficionado a este tipo de literatura le puede atraer. Si acaso el comienzo
es un tanto titubeante y demasiado largo, no le habría venido mal una poda; es
el caso, por ejemplo, de un personaje aparentemente significativo que
desaparece repentinamente de la novela. Estoy convencido de que los amantes de
la space opera clásica sabrán apreciarla.
Si, yo la estoy leyendo. Y me fascinó el universo y sus características. Hasta ahora me ha gustado mucho, y creo que Alastair Reynolds tiene ideas geniales, pero no entiendo, como muchos otros, lo del Dr. Meninx. No diré más, para no dar un spoiler obviamente.
ResponderEliminarP.D.: Dices que una de sus virtudes para ser space opera, es que no tiene secuelas. Con respeto, pero eso me parece un poco ideológico. Me refiero, a que es sabido que a la ciencia ficción, en espacial la space opera se tienen prejuicios con ella.
Todo género tiene excelentes historias y basura. No hay malos ni buenos géneros; sólo hay buenas o malas historias. Otra cosa son los gustos personales. Aún así, no es un género lo que determina si una historia es buena o mala, sino la historia misma y su calidad.
Personalmente, y aquí hablo solo desde mis gustos personales, me encantaron Espacio Revelación y Casa de Soles.
Buena reseña, en especial por los detalles, de las naves inmensas, etc.
Gracias por tu comentario. Esto es un blog, así que, evidentemente todo lo que escribo es subjetivo. No soy muy amante de los tochos en general (siempre hay excepciones) independientemente del género al que pertenezcan: space opera, etc. Con las trilogías, tetralogías y demás ocurre con mucha frecuencia (sobre todo en la space opera) que lo único que hacen es estirar una buena idea inicial hasta desgastarla del todo. Comprendo que haya gente que le guste, yo prefiero descubrir nuevos mundos y nuevos personajes.
ResponderEliminarPerdón por demorar tanto en responder.
EliminarAún así creo que aunque no hay necesidad de ser objetivo en un blog, creo que igual es necesario. Las opiniones por mucho que la gente sepa que son subjetivas podrían influir igual en su criterio.