Blog ciencia-ficción

Nada de fantaciencia, ni de literatura especulativa, ni de ficción científica, ni tampoco de literatura futurista. Sólo ciencia ficción.

Universo de pocos

Universo de pocos

viernes, 24 de abril de 2015

Van una Psicóloga, una topóloga, una antropóloga y una bióloga..

Aniquilación de Jeff Vandermeer Aniquilación de Jeff Vandermeer nos sitúa desde las primeras páginas en uno de los escenarios más atractivos y misteriosos que puedan imaginarse: el Área X. Un lugar extraño y letal que pudo originarse en una catástrofe medioambiental y que la empresa Southern Reach desea explorar.

Sabemos desde el comienzo que ha habido otras expediciones que se han internado en el Área X y que han fracasado. En este primer libro se narra lo que ocurre en la décimo segunda misión y yo, como lector, me froto las manos esperando un relato lleno de maravillas y de intriga. Y lo cierto es que en cada página nos topamos con un nuevo misterio: túneles que no son lo que parecen, un tenebroso faro, criaturas extrañas, monstruos surgidos de la peor pesadilla de Lovecraft, personajes que se comportan de manera extraña empezando por la protagonista, hipnotismo etc., un cóctel atrayente y explosivo, utilizando, eso sí, ingredientes un tanto tópicos, que no acaban por conseguir el efecto deseado. La historia, que en ocasiones me hace añorar La Piel fría de Albert Sánchez Piñol, no logra emocionarme ni intrigarme la mitad que aquella. Por un lado los irritantes y titubeantes personajes no ayudan a conectar con la historia, por otro la acumulación de misterios me hacen desconfiar de que el autor pueda darles una explicación plausible que no sea del tipo todo es un sueño o todo ocurre en mi imaginación. En cualquier caso puede que el problema sea mío por ser demasiado suspicaz, quizás esté equivocado y Vandermeer lo tenga todo perfectamente atado.

La novela al menos es breve y se lee con facilidad. Esperemos a la segunda entrega.


martes, 14 de abril de 2015

¡Viva Yegorov!


El imperio Yegorov de Manuel MoyanoLa originalidad de El imperio Yegorov  de Manuel Moyano no reside tanto en lo que cuenta como en cómo lo cuenta. Con esta declaración no pretendo subestimar la trama, que es realmente absorbente. En este sentido el comienzo con el descubrimiento de una extraña enfermedad en Papua-Nueva Guinea, con los Hamulai (nativos de la isla), la historia de amor y el exotismo del paisaje resulta irresistible. El autor nos traslada desde el Pacífico a Japón, pasando por el sur de Estados Unidos y Rusia, en un torbellino de acción que nos deja sin aliento. La novela la conforman treinta y dos documentos tal y como se anuncia al principio del libro, y es que Manuel Moyano se vale de todo para contar su historia, desde la nota preliminar hasta los agradecimientos finales pasando por cualquier tipo de documentos: diarios, cartas, informes detectivescos, etc. No existe un protagonista, ni un hilo narrativo en el sentido tradicional, y en eso creo que reside su mérito. Además se lee en una tarde. ¿Qué más puede pedirse? Quizás uno se quede con las ganas de saber más detalles de lo que se nos narra. No se puede tener todo.
De lo que más me alegro es de que este tipo de ficción se tenga en cuenta en premios tan importantes en nuestro país como el Herralde de Novela, en el que quedó finalista.