Antisolar es el segundo
libro de la trilogía Los ojos bizcos del sol y empieza exactamente en
donde terminó el primero, Transcrepuscular. Por tanto a los que disfrutaron con las aventuras del
Alguacil, del Trapo, de la Regidora y demás tienen la oportunidad durante casi
cuatrocientas páginas más de seguir a estos personajes tan peculiares y a otros
más que se les van uniendo en su ajetreado viaje. Hay una clara continuidad y
la única diferencia con respecto al primer libro es que las andanzas son cada
vez más locas, la acción más desmadrada y que el número y tamaño de los
caracoles aumenta de manera progresiva así como el de la cantidad de fluidos
que segregan. Muy pocas novedades, el relato discurre sin que apenas se
produzcan revelaciones de trascendencia. Como ocurre en gran parte de las trilogías
el segundo libro sirve de puente entre el primero y el último, entre
planteamiento y desenlace.
La serie es una
fusión de muchos géneros que van desde la ciencia ficción a la fantasía épica,
ya mencionadas, pero también tiene mucho de fantasía heroica con luchas a
espada a lo samurái, aventura y un poco de romance, aunque lo que acaba por
tener cada vez más peso es la comedia.
Los diálogos muchas veces parecen sacados de un Mortadelo y Filemón para adultos
en el que la incontinencia verbal de sus personajes no sólo estuviera permitida
sino que fuera deseada. Hay momentos muy divertidos que son provocados por unos
personajes bastante tronados y que además no pueden mantener la boca cerrada
durante mucho tiempo. Entre ellos está el Trapo, al que ya conocimos en el
primer libro de la serie, pero aparecen muchos otros, entre ellos uno que
emplea sólo verbos en infinitivo para hablar. Cabe también destacar los
descacharrantes apodos con los que son designados como Odio Barra, Funcionario
marrón o Bonito Leucocito por mencionar algunos de los que más me han llamado
la atención.
Como decía el humor está muy presente, es un humor que se basa muchas veces en la repetición de situaciones y de expresiones verbales, en la caricatura, en la exageración y también en lo soez. En las muchas discusiones que se producen los personajes actúan y hablan como si fueran adolescentes durante una excursión de colegio. Reconozco que me he reído bastante pero al final he acabado por cansarme, sobre todo porque la historia parecía no avanzar entre tantas peleas y pullas. Por otra parte el argumento se ciñe en exceso a un esquema narrativo que acaba por agotarse. El guión es el siguiente: los personajes llegan a un lugar nuevo, buscan un bar, la lían parda, conocen a tipos muy raros o poco recomendables que se les unen o matan y vuelta empezar.
Al mismo tiempo que la trama se va volviendo cada vez más enloquecida y los personajes más desquiciados la escritura de Bueso se hace cada vez más abstrusa. Los pinceles con los que ilustra las imágenes son cada vez más gruesos, sobre todo cuando se trata de escenas de acción, y como resultado todo queda menos claro para el lector. Bueso opta más, como sucede en el cine moderno, por despertar emociones que por exponer con claridad lo que cuenta. También es verdad que el escenario que plantea Bueso llega un momento en que se sale por completo de madre y puede que hasta él mismo se viera incapaz de visualizarlo.
Me gustaría
mencionar un episodio relacionado con el protagonista, el Alguacil, que me ha parecido del todo innecesario y que da
la impresión de haber sido metido a la fuerza. Es como si Bueso se hubiera dado
cuenta de repente de que le estaba quedando un personaje demasiado bonachón y
noble y que para contrarrestar ese efecto decidiera incluirlo. No diré más para
no destripar la trama.
El primer libro de la serie me pareció muy bueno, el segundo me convenció menos y el tercero me ha resultado cansino. Diríase que le falta chicha y le sobra grasa. Dos tomos hubieran sido suficientes para contar la historia que pretendía. En cualquier caso se trata de una trilogía que difícilmente volverá a repetirse en el mercado español. No es fácil que un editor se atreva a publicar una obra como ésta y tampoco que un escritor se comprometa a invertir tanto tiempo de su vida en escribir una trilogía de esta envergadura. Bueso ha demostrado poseer una imaginación única en el panorama español. Yo me quedo con algunas de las imágenes más potentes de la serie como la del Alguacil con su espada y su simbionte en el hombro marcándole peligro que quedará durante mucho tiempo grabada en mi mente.