Greg Egan es muy "hard" y en cada uno de los relatos de Luminoso se afana en demostrarlo. Viste sus historias con la parafernalia hard más recalcitrante haciendo que muchos de sus relatos resulten ilegibles. Lo curioso es que con frecuencia sus historias plantean problemas más próximos a la metafísica que a la ciencia. Estas ideas excitantes son las que al final hacen que sus relatos merezcan ser leídos y que tenga tantos seguidores. El peaje que hay que pagar para llegar hasta el final no es asumible para todos los públicos, pero como Egan es un tío duro nada de esto parece importarle.
Otros autores, por ejemplo Asimov, denostado muchas veces por su estilo simple, cuando quiere ser hard sabe explicarse de manera más concisa y clara que Egan. Cojan sino el cuento Paté de foie y compruébenlo ustedes mismos. Los relatos de la ciencia ficción más arcaica solían abusar de las explicaciones científicas y cada uno de los artilugios que aparecían en ese futuro más o menos lejano era explicado con profusión. Greg Egan hace lo propio, aunque de una manera más moderna, describiendo cada gadget que aparece mediante un monólogo interior. Puede que estéticamente sea más resultón hacerlo así, pero no impide que deje de chirriarme y de agotarme. Es como si cada vez que utilizáramos el mando a distancia de la tele nos detuviéramos a pensar en cómo la señal generada por el resonador de cuarzo induce a un led a producir el rayo infrarrojo cuando lo realmente importante es que podemos manipular el televisor desde nuestro asiento. No creo que nadie busque protagonistas inolvidables en sus historias, pero al menos podía esforzarse en que no fuera siempre el mismo tío racionalista, escéptico y profundo conocedor de la mecánica cuántica y de la tecno-biología, que acaba hartando.
Otra pega es que a pesar de todas las explicaciones científicas muchos de sus relatos no resultan verosímiles. Por ejemplo me cuesta creer que el descubrimiento que se lleva a cabo en Eva Mitocondrial, tenga tanta influencia sobre la sociedad. La historia de Fuego plateado que comienza siendo muy interesante no me resulta convincente en su resolución. Me han gustado Motivos para ser feliz, a pesar de su cargante protagonista, por su originalidad y verosimilitud y Sueños de transición por su insólito acercamiento al momento de la muerte. En cambio La Inmersión de Planck puede tomarse como ejemplo del peor Egan: una historia irrelevante para demostrar sus vastos conocimientos sobre agujeros negros. Ininteligible.
Soy consciente de que con esta crítica los escasos lectores de este blog van a reducirse aún más, pero qué le voy hacer. Sois libres de entrar, de seguir leyendo a Greg Egan y de hacer lo que os venga en gana. Yo, por mi parte, después de todo lo dicho, también seguiré leyendo sus relatos. ¿Por qué? Porque a pesar de todos sus defectos tiene ideas brillantes y tengo la esperanza de que algún día logre crear un relato soberbio.
Soy consciente de que con esta crítica los escasos lectores de este blog van a reducirse aún más, pero qué le voy hacer. Sois libres de entrar, de seguir leyendo a Greg Egan y de hacer lo que os venga en gana. Yo, por mi parte, después de todo lo dicho, también seguiré leyendo sus relatos. ¿Por qué? Porque a pesar de todos sus defectos tiene ideas brillantes y tengo la esperanza de que algún día logre crear un relato soberbio.
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