
La novela es muy breve, unas ciento
cincuenta páginas, y más de la mitad del libro está dedicado, a la manera de El
desierto de los Tártaros, a crear expectación demorando muchas explicaciones hasta el límite. Comienza el
relato con la misteriosa propuesta que le hace el ministerio de defensa al
profesor Ermanno Ismani, un apocado catedrático de Electrónica en la
Universidad X, para trabajar en un proyecto militar secreto. Poco más puedo
contar sin el riesgo de arruinar la tenaz labor de contención de la información
que realiza Buzzati. Sobre todo al principio hay que tener un poco de paciencia
con la lectura de El gran relato, después, una vez que Ismani llega a
las instalaciones militares y averiguamos para qué lo han traído, los
acontecimientos se precipitan hasta el punto de que la novela cambia de repente
de protagonista y nuestro profesor de electrónica pasa a un segundo plano
siendo su mujer la que le roba el protagonismo.
Una novela agradable, fácil de leer,
en la que Buzzati, mediante este cuento fantástico, que en
cierta manera recuerda al Frankenstein de Mary Shelley, nos habla de las imperfecciones que conlleva la
humanidad, defectos a los que no podemos renunciar según el autor si no
queremos desistir de ser humanos. También es la historia de un amor y de la
obsesión por recuperar al ser amado. Una obra menor de Dino Buzzati con el
aliciente y la peculiaridad de pertenecer a la ciencia-ficción.
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