“La última vez, al volver a casa
perdí un brazo. El brazo izquierdo. Perdí también un año de mi vida,
aproximadamente, y buena parte de la comodidad y la seguridad que había tenido –
y no había valorado – hasta entonces. Kevin fue al hospital en cuanto le soltó
la policía y se quedó conmigo para que supiera que a él no le había perdido.”
Así comienza esta magnífica novela, con este sencillo párrafo,
emotivo a la vez que repleto de misterio, ejemplo de pericia a la hora de
atrapar a un lector con unas pocas palabras bien colocadas. Si ya resulta difícil
resistirse a este comienzo aún más lo es hacerlo a su prólogo de tres páginas,
que me parece fascinante.
Parentesco es una novela intensa, a veces dura,
emotiva, que no da tregua, contada con sencillez y convicción y que aún
perteneciendo al género de ciencia-ficción no pretende ser un prodigio de
imaginación. No es lo que busca la autora, si se vale del viaje en el tiempo es
para enfrentar a una persona del presente con lo que es la esclavitud, y en
ningún momento se aparta de su propósito. Los que esperen un relato lleno de
inventiva y de complejas e ingeniosas paradojas temporales se llevaran una gran
decepción, porque lo que se van a encontrar es una historia sobre todo humana.
Dana, la
protagonista de la novela, mientras habla con su marido en su casa de 1976 es
transportada de manera inexplicable al año 1815, en plena época de la
esclavitud. Butler no se complica en ningún momento la vida buscando
explicaciones científicas y se centra en los personajes y en mostrarnos con
gran realismo la vida que llevaban los esclavos en esa terrible época. En ese
sentido es interesante la relación contradictoria que mantenían los esclavos
con sus amos, algo que Butler sabe plasmar muy bien en la novela y en el que el
complejo vínculo que se establece entre Dana y Rufus, su antepasado, le sirve
de espejo en el que poder reflejar magnificados esos sentimientos
contrapuestos.
Octavia E. Butler es una escritora que por desgracia no
ha tenido mucha fortuna en el mercado español. El hecho de ser mujer y encima
negra (¿o debería de decir afroamericana?) seguramente no la ha favorecido.
Que yo sepa en España sólo se ha publicado su trilogía Xenogénesis, que
fue publicada en los lejanos ochenta por “Ultramar”. Yo no la he leído, pero
las opiniones que pueden leerse en la web Tercera Fundación son en su
mayoría elogiosas. Su libro más valorado
Wild Seed (1980), que aparece incluso en Ciencia Ficción las 100
mejores novelas de David Pringle sigue sin traducirse al castellano. Después
de leer Parentesco, pienso que es una lástima que no puedan encontrarse
más libros de esta interesante autora de la que me han quedado ganas de leer más.
Que triste q en este tiempo mas d 200 anos despues d la esclavitud todavia nos complicamos la existencia viendo a las personas diferentes solo por el color de su piel.
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