Acabemos
cuanto antes. Intentaré que sea breve, podría alargarlo un poco más si hablara
de su autor, William Kotzwinkle, del que Navona Ediciones ha publicado
recientemente Fata Morgana, un título que David Pringle incluye en su
libro Literatura fantástica: Las 100 Mejores novelas. Sí, podría, y de
paso mencionar su novela más conocida El
nadador en el mar secreto, su libro más personal, que escribió después de
que su primer hijo naciera muerto, pero no voy a entretenerme.
La sinopsis del libro la ventilo en
un santiamén. Una odiosa rata de laboratorio, Doctor Rat, intenta atajar la
sublevación que se ha producido en el laboratorio y con la que el resto de los
animales pretende detener los crueles experimentos de los que son víctimas. Por
otro lado, animales de todo el mundo son atraídos por una llamada esotérica que
les impulsa a reunirse para alcanzar una especie de supra conciencia animal que
permita la paz entre todas las especies, incluida la humana. Porque la
naturaleza es buena y los inocentes animales son los que mejor la encarnan y
todos debemos unirnos para bla, bla, bla... Esto es todo, y a veces es hasta
bonito pero no hay más. Además esto es así durante las trescientas y pico páginas
que tiene el libro.
Bueno, ya queda menos. Agrego unas
impresiones personales, remato con la conclusión final y santas pascuas.
Supongo que a estas alturas está
claro que el libro no me ha gustado, no obstante, he de reconocer que algunos
de los capítulos, en particular los protagonizados por los animales, son pequeñas piezas de gran belleza y lirismo.
Incluso algunas partes con el doctor Rat despotricando contra los insurgentes
que no comprenden el valor científico que pueda tener que les extirpen los órganos
sexuales, que les trasplanten una oreja en la frente o que les quemen los sesos
tiene su gracia. La voz ruin y sádica del Doctor Rat contando los descabellados
experimentos que se realizan con animales es lo mejor y al principio hasta me río.
Pero un buen chiste contado mil veces pierde toda su gracia.
Tal vez mi error haya sido esperar
un libro diferente, algo así como una especie de Rebelión en la granja más
virulenta y mordaz, que tratara de lo humano en lugar de ser un alegato en
contra de los experimentos con animales. La defensa de los animales me parece
una causa muy noble pero la novela se repite, machacona, una y otra vez, sin
aportar nada nuevo hasta terminar haciéndose muy cuesta arriba. En fin, un libro
que estaba deseando terminar cuanto antes, como me está sucediendo ahora con
esta maldita reseña.
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