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Universo de pocos

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domingo, 3 de marzo de 2019

"Los tiempos del odio” de Rosa Montero

"Los tiempos del odio” de Rosa Montero            Comienzo esta reseña con una nueva definición de ciencia-ficción que va a ser difícil que nadie me discuta. Ahí va. Ciencia-ficción es todo lo que los aficionados a dicho género consideran que es ciencia-ficción. ¿A cuento de qué viene este Perogrullo digno de Mariano Rajoy? Pues viene a que me he dado cuenta de que en blogs, twitter, etc. relacionados con la ciencia-ficción muchas novelas que no pertenecen a lo que se considera el fandom son ignoradas. Suelen estar publicadas por colecciones no especializadas y estar escritas por autores ajenos al mundo. Puede que exagere, pero a veces hasta tengo la sensación de que son rechazadas y de que sus autores son considerados unos intrusos que no saben lo que es la verdadera ciencia-ficción. Lo curioso es que cuando se trata de clásicos indiscutibles como 1984, Frankenstein o el Cuento de la criada ya nadie duda en destacarlos entre sus novelas favoritas de ciencia-ficción. Parece como si el hecho de pertenecer a una minoría les hiciera más exclusivos. A muchos hasta les gusta que les llamen frikis. Yo nunca me he sentido un friki por leer ciencia-ficción. Es una afición que debo a mi padre y no me considero un raro por ello. Bueno, a lo mejor es que soy más raro de lo que pienso y soy un friki entre los frikis.

            Esta inopinada reflexión surge de mi sorpresa por los pocos comentarios que ha provocado Los tiempos de odio de Rosa Montero en el entorno del género. Sobre todo tratándose de una novela de una autora conocida, con varios premios en su haber y reconocida periodista. El libro, con una trama policiaca, pertenece claramente a la ciencia-ficción.

            Rosa Montero no trata de abrir nuevos caminos en el género, ni sorprendernos con avances científicos inéditos. Como ya hiciera en la novela anterior situada en el mismo mundo, El peso del corazón, se limita a manejar con destreza ingredientes muy conocidos ya empleados en películas y novelas del género. La protagonista, Bruna Husky, se inspira en los Nexus de la película Blade Runner, una criatura artificial con fecha de caducidad a la que apenas le quedan tres años de vida, lo que permite a la autora lamentarse de la fugacidad de la vida.

            La trama en sí no es especialmente original. Lizcano, ejem..., Lizard, el amor de Bruna Husky, ha sido secuestrado por un peligroso grupo terrorista junto con otros rehenes. Los terroristas  amenazan con matar a un rehén por día si no se cumplen sus exigencias, que por otro lado son muy justas. Esto obliga a Rosa Husky, ejem..., Bruna Husky a emprender una carrera contrarreloj para salvarlo. Las pesquisas llevan a Bruna por antros de perdición, a tratar con contrabandistas, a adentrarse ilegalmente en un mundo artificial digno de George Orwell y a descubrir al obligado y  todopoderoso grupo secreto, cuyo origen se remonta a la antigüedad (en este caso a  la época del Greco). La mayoría de estos elementos, como ya he dicho, son habituales en los thrillers y en las películas de acción por lo que no puede decirse que constituyan un prodigio de imaginación; pero Montero los maneja con soltura y habilidad para que no chirríen en exceso y aporten dinamismo al relato. Si algo no le falta a la novela es acción. La autora no da tregua al lector.

            El sombrío futuro que describe Rosa Montero tiene mucho que ver con los tiempos convulsos que vivimos en la actualidad, con gobiernos que parecen estar atados de pies y manos por las grandes corporaciones, las cuales campan a sus anchas beneficiándose de recursos tan básicos como el aire que se respira. Los abusos contra los que menos tienen propician la aparición de líderes populistas, grupos terroristas y salvadores del mundo. Lo curioso, es que tanto unos como otros luchan por reivindicaciones muy justas, aunque con métodos más que cuestionables. Este trasfondo social no convierte a la novela en una obra política, Montero se decanta más por lo humano y nos habla sobre todo de la necesidad de amar y del miedo a morir.

            Una novela entretenida, escrita sin demasiadas complicaciones, cuya lectura la autora  intenta hacer lo más asequible posible, supongo que pensando en un público poco acostumbrado al género. Y es que cualquier cosa que al lector le pueda despistar sobre ese futuro es aclarado sin titubear. Es tanta la diafanidad y nitidez que veces creo estar leyendo una novela dedicada a un público juvenil. En lo que Rosa Montero destaca sin lugar a dudas es en su facilidad para narrar, lo hace con sencillez pero con nervio y brilla sobre todo a la hora de plasmar las emociones humanas.  Estamos ante un libro que se lee con agrado, con una divertida revelación sobre el origen de su protagonista, Bruna Husky, como colofón, un libro que hará las delicias de los seguidores de Rosa Montero.

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