Los que entran a Universo
de Pocos se habrán dado cuenta de lo poco que me gusta hablar de mí mismo.
Las pocas veces en que lo hago es parapetado detrás de mis reseñas cuando lo
normal es crear un blog precisamente para eso, para hablar de uno mismo, para
publicitar los propios trabajos como traductor o como escritor..., en
definitiva para darse a conocer. No sabéis lo que me costó decidirme a abrirlo.
Hasta hoy he mantenido siempre una distancia prudente, supongo que por pudor
pero también porque creo que el panorama literario rebosa ya de egos
hipertrofiados.
Por una vez voy
a descorrer esa fina cortina que se interpone entre tú y yo y voy a hablar de
un acontecimiento personal que para mí ha tenido una gran importancia. He ganado
el premio Domingo Santos de relatos. Sé que no es el Miguel Cervantes ni el
Booker pero, en fin, me hace mucha ilusión por varias razones. Por ser uno de
los dedicados a la ciencia ficción en España más veteranos, por contar entre
sus ganadores y finalistas a autores tan relevantes en el panorama fantástico
nacional como César Mallorquí, José Antonio Cotrina, Emilio Bueso, Sergio Mars,
Ricardo Montesinos, Félix J. Palma o Santiago Eximeno entre otros y finalmente
por llevar el nombre de un personaje fundamental en la ciencia ficción en España
como es Domingo Santos. Además, no voy a ocultarlo, espero que este galardón me
ayude a publicar algunos de los relatos que he escrito. Es un
voto de confianza que me anima a seguir escribiendo.
Pero basta ya de autobombo, vuelvo a colocar la cortina tal y como estaba. En la próxima entrada prometo una nueva reseña y no hablar más de mí.
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