
Escrita con gran sencillez, la historia transcurre sin grandes sorpresas ni golpes de efecto. Los personajes son verosímiles y están muy bien retratados hasta el punto de que mientras vamos pasando las páginas nos imaginamos que somos un adolescente más gracias a la habilidad de la autora para reflejar la psicología de los muchachos. Amamos con la misma pasión, nos obsesionamos con la opinión de los demás acerca de nosotros mismos y nos reímos con la misma intensidad por cosas intrascendentes. Después de libros como Southern Reach y Justicia Auxiliar pensaba que mi corazón se había encallecido definitivamente y que sería incapaz de sentir emoción alguna. Puede que sea por la proximidad de la navidad o porque me estoy haciendo mayor, lo cierto es que esta novelita juvenil ha conseguido conmoverme más que ninguna otra este año.
Puede que Pinborough haga un poco de trampa, ahorrándose muchas explicaciones, pero la historia de amor está narrada con tanta sensibilidad y ternura que consigue que nos olvidemos de todos los defectos. Eso sí, preparen los pañuelos antes de ponerse a leer el libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario