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Universo de pocos

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miércoles, 22 de noviembre de 2023

"Sundial”, de Catriona Ward

Portada de "Sundial” de Catriona Ward
          Hacía tiempo que un libro no me atrapaba con la fuerza que lo ha hecho Sundial, de Catriona Ward. Se trata de uno de esos libros que cuesta dejar leer y que consiguen que las tardes se te queden en nada, uno de esos libros que es mejor no comenzar si tienes cosas importantes que hacer. De todos modos he de decir que no fue un amor a primera vista ya que los primeros capítulos no puede decirse que despertaran mi pasión.

Comienza la novela presentándonos los conflictos que existen en una familia formada por un matrimonio que hace aguas y dos hijas, una de las cuales no es muy normal que digamos. No es un preámbulo demasiado original, por suerte la historia se vuelca más adelante en el pasado de la madre, que cuenta con mucho más interés. Fue entonces cuando prendió en mí la chispa, ese fuego, esa fiebre muy parecida a la que se experimenta en el enamoramiento, esa que te impide dejar de pensar en otra cosa que no sea el objeto de tu amor. Esto habría sido suficiente para que me olvidara por completo del comienzo si al final la pasión se hubiera consolidado, pero no adelantemos acontecimientos.

Intentar resumir el argumento de este tipo de novelas es siempre algo peliagudo si se quiere evitar destriparlas, cada detalle es importante y en el caso de Sundial la autora hace un esfuerzo añadido para crear expectación demorando las explicaciones y planteando nuevos interrogantes. Nada raro por otro lado, y hay que reconocer que Ward lo hace bien. Además la autora juega limpio y al terminar la novela queda claro que lo tenía todo atado desde el principio. La historia, con todas sus revelaciones y giros, está muy trabajada y no se le puede poner peros en ese sentido. Otra cosa es que las explicaciones convenzan a todo el mundo.

Como ya he avanzado al comienzo de la reseña la primera parte no es lo mejor del libro. Esa madre preocupada por sus hijas, siempre pendiente (sobre todo de una de ellas), que las recrimina cuando hacen algo que no deben mientras su marido las malcría y que, además de engañar a su mujer con la vecina, se presiente violento, conforman un escenario ya muy manoseado. Pero el mayor problema para mí lo supone Callie, la hija mayor del matrimonio, que reúne todos los tópicos habidos y por haber de lo que podríamos denominar el subgénero de niños terroríficos. Ve fantasmas, tiene amigos imaginarios, colecciona huesos de animales muertos, lo tiene todo, y parece poseer una crueldad y un desapego a su madre que me cuesta creer. Convertida en una figura caricaturesca termino por desvincularme de esa parte de la historia, porque dejo de creérmela.

Por suerte la novela se centra enseguida en el pasado de Rob, madre de la criatura, y en la compleja relación que mantiene en aquel entonces con su hermana gemela. A partir de aquí la novela remonta, y de qué manera. Ward establece paralelismos entre las dos historias, la del pasado y la del presente, entre la relación que existe entre las hijas de Rob y entre ésta y su hermana, sin embargo no ha sido ese vínculo lo que me ha atraído de Sundial. El relato que Ward hace de la infancia de Rob, de sus misteriosos padres de Rob y de su problemática hermana Jackie se sostiene por sí solo sin la necesidad de añadir más niveles de complejidad. El secreto que envuelve a todo lo que sucede en ese rancho en el desierto, donde realizan experimentos de control mental con perros, y que Rob poco a poco va desentrañando hasta descubrir que nada es como pensaba y sobre todo la relación de amor y envidia entre las hermanas me parece lo más destacable de la novela.

 Cada vez resulta más difícil sorprender al lector y esto lleva a muchos escritores a forzar la maquinaria, a girar la tuerca una vuelta más hasta hacer saltar todo por los aires y echar a perder un buen trabajo. Y es lo que le sucede a Ward con esta novela. Todo el relato central es impecable a pesar de los lugares comunes que salpican en ocasiones el texto («... el aceite para después del baño que huele como una tarde de primavera») y desde mi punto de vista lo mejor que podría haber hecho la autora es limitarse a contar esa historia.

A pesar de todo es un libro que recomiendo. Su parte central es adictiva, verosímil y con momentos en verdad terroríficos. Tanto es así que me he animado a buscar más libros de esta autora tan en boga, así que es muy posible que en poco tiempo podáis leer en Universo de Pocos otra reseña de alguno de sus libros.

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