Penguin Random House parece
haberse decidido a recuperar algunas de las novelas de Connie Willis que habían
sido publicadas por Ediciones B antes de que fuera adquirida por la compañía
editorial multinacional y que habían quedado descatalogadas. Lo curioso es que
no las edita en Nova, sello bajo el cual suele publicar los libros de ciencia
ficción, sino que lo hace en su colección de bolsillo. Y me parece estupendo
porque me ha permitido adquirir el libro a muy buen precio y en un formato muy
cómodo de leer. Willis era una de esas autoras que junto a otros escritores
como Orson Scott Card, Lois McMaster Bujold o Neal Stephenson se encontraban
entre los preferidos de Miguel Barceló, antiguo director de Nova, y sus libros
se publicaban con cierta asiduidad. Sin embargo, las cosas cambiaron después y
durante algunos años, a excepción de la premiada El día del juicio final,
gran parte de sus libros no se reeditaron. Entre ellos este Oveja mansa,
que servidor llevaba buscando hace tiempo después de leer los comentarios que
pueden encontrarse en la web Tercera Fundación y más aún tras la valoración tan
positiva que Nacho Illarregui hace de ella en C.
Como comenta
Nacho, Oveja mansa recuerda mucho a algunas de esas viejas películas de
los años treinta, esas comedia locas en las que las mujeres jugaban un papel
destacado, mucho más que el que tendrían en los cincuenta. La película Vive
como quieras de Frank Capra sería un buen ejemplo de ello (si la menciono
es porque la he podido ver recientemente y me ha sorprendido por su modernidad
y su sentido del humor nada pasado de moda). Al igual que en la película
desfilan por el libro una serie de personajes divertidísimos y estrafalarios
que dan mucho juego. La mayor parte de la acción transcurre en las
instalaciones de HiTek, una empresa que se dedica a investigar sobre los temas
más variopintos y que va siempre a la caza de nuevas subvenciones. Sandra
Foster, una de las científicas que trabaja para la empresa, no consigue
progresar en sus investigaciones en el campo de la sociología, en concreto
intenta averiguar qué fue lo que originó que en los años veinte muchas mujeres
se cortaran el pelo. El objetivo de este estudio, en principio tan peregrino,
es conocer la manera en que se crean y se propagan las modas. A Willis todo
esto le sirve de excusa para hablar de lo imprevisible que es el ser humano, de
lo arbitrarias que son algunas de las modas y de la importancia que ha tenido
el azar tanto en la ciencia como en la historia. A la luz de estas reflexiones
no queda duda alguna de que nuestro comportamiento cuando nos dejamos arrastrar
por cómo se peina un actor, se viste un cantante o por lo que un «influencer»
nos recomienda no difiere mucho del de un miembro de un rebaño de ovejas.
El gran mérito
de la autora es haber convertido la propia trama en un ejemplo de teoría del
caos. La tesis que defiende la novela a través de las conclusiones a las que
llega su protagonista es que la anarquía, el desorden, en definitiva el caos
puede llevar a un nuevo orden. Uno de los personajes más extraordinarios al
mismo tiempo que más odiosos de la novela es
Flip. Su cometido dentro de HiTek es hacer llegar los mensajes a los
diferentes departamentos, sin embargo debido a su negligencia y a sus pocas ganas
de hincarla la va liando allí por donde va. Otro personaje relevante y casi
antagónico a Flip es Bennet, un tipo inmune a las modas, que viste como le da
la gana, y que es además especialista en teoría del caos. Luego está la
protagonista, todo un personaje, siempre atenta a cómo viste la gente,
pendiente de las nuevas modas que surgen cada día a las que contempla con una
mezcla de estupor y de guasa. En fin, el libro está lleno de personajes
inolvidables que propician que se produzcan situaciones humorísticas.
Cada capítulo
comienza con un pequeño y divertido texto en el que se alude a alguna moda del
pasado, muchas de ellas completamente ridículas como la tontería de llevar
pelucas monumentales en la época de Luis XVI, el fervor que hubo durante un tiempo
por las Ouijas y la fiebre por los tatuajes en el siglo XVII. De esta última,
que vuelve a estar de moda hoy en día, dice la autora: «Los tatuajes tienen
la desventaja de ser una moda pasajera con resultados permanentes».
La novela se lee en un suspiro, está llena de ironía, de humor y sus personajes como en la película que he mencionado acaban por contagiarte su alegría y sus ganas de vivir. No creo que se trate de ciencia ficción pero eso qué importa si te proporciona un buen rato.
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