Sabemos desde el comienzo que ha habido otras expediciones que se han internado en el Área X y que han fracasado. En este primer libro se narra lo que ocurre en la décimo segunda misión y yo, como lector, me froto las manos esperando un relato lleno de maravillas y de intriga. Y lo cierto es que en cada página nos topamos con un nuevo misterio: túneles que no son lo que parecen, un tenebroso faro, criaturas extrañas, monstruos surgidos de la peor pesadilla de Lovecraft, personajes que se comportan de manera extraña empezando por la protagonista, hipnotismo etc., un cóctel atrayente y explosivo, utilizando, eso sí, ingredientes un tanto tópicos, que no acaban por conseguir el efecto deseado. La historia, que en ocasiones me hace añorar La Piel fría de Albert Sánchez Piñol, no logra emocionarme ni intrigarme la mitad que aquella. Por un lado los irritantes y titubeantes personajes no ayudan a conectar con la historia, por otro la acumulación de misterios me hacen desconfiar de que el autor pueda darles una explicación plausible que no sea del tipo todo es un sueño o todo ocurre en mi imaginación. En cualquier caso puede que el problema sea mío por ser demasiado suspicaz, quizás esté equivocado y Vandermeer lo tenga todo perfectamente atado.
La novela al menos es breve y se lee con facilidad. Esperemos a la segunda entrega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario