Las expectativas cuando se lee una novela del autor de El día de los trífidos son siempre muy altas, algo quizás injusto para el autor puesto que no se puede escribir siempre una obra maestra. Que quede claro que El Kraken despierta, publicada anteriormente bajo el título de Kraken acecha, no es desde luego El día de los trífidos ni Los cuclillos de Midwich, ni tampoco Las crisálidas, obras que constituyen grandes clásicos de la ciencia-ficción.
Wyndham narra con gran verosimilitud y minuciosidad periodística el ataque que sufre la Tierra de unas criaturas llegadas del espacio. No se trata de la típica invasión contada en muchos otros libros de la época, la originalidad de Wyndham reside en que los alienígenas se refugian en el fondo de mar y que desde allí comienzan la batalla. Da la impresión de que el autor hubiera vivido en su propia carne alguna de las catástrofes que suceden en sus libros por la precisión y realismo con que las cuenta. Después de más de medio siglo desde su publicación las reacciones de los gobernantes, de los poderes económicos y de la población ante estos desastres son enormemente creíbles.
La obra fue escrita en 1953 y aunque se trate de ciencia-ficción tengo la sensación de leer una novela de época al reencontrarme con personajes conocidos de viejas películas de Hollywood. Los diálogos que mantienen la pareja protagonista me recuerdan, por su humor e ingenio a los duelos dialécticos de Katharine Hepburn y Spencer Tracy en películas como "La costilla de Adán", etc. No recuerdo que en otros libros Wyndham hiciera gala de su humor británico. El telón de fondo de la guerra fría y el temor atávico al comunismo no dejan lugar a dudas de que Wyndham es un escritor occidental de su tiempo. En cualquier caso, hay que ponerse en situación cuando se leen obras escritas hace tantos años.
Lo que hace que el libro no brille como los que he mencionado al principio de esta entrada es la forma en que está contado. La pareja protagonista está formada por periodistas y muchos de los hechos que suceden les son referidos por otros compañeros de profesión o los escuchan por la radio, esto provoca que la historia sea menos intensa y que en ocasiones se haga más pesada. Sin embargo, cuando los acontecimientos son vividos por los propios protagonistas Wyndham demuestra su buen pulso como narrador y nos recuerda al autor de El día de los trífidos.
La novela se acaba cuando llega lo mejor y tras terminarla me queda la sensación de que podría haber conseguido una obra más redonda si el autor se hubiera centrado más en los últimos acontecimientos que narra cuando la catástrofe es evidente. En cualquier caso las imágenes de Londres sumergida por las aguas perdurarán algún tiempo en mi mente.
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