¿Qué tienen en común Claire North, Lauren Beukes, Sarah Pinborough, Emily St. John Mandel, Ann Leckie o Rosa Montero? Aparte de tener el dudoso honor de haber sido reseñadas en este blog, todas ellas son mujeres. De las diez últimas entradas que he publicado en Universo de pocos seis corresponden a obras escritas por mujeres, tres a libros escritos por hombres y una es una antología. De las reseñas de autores masculinos sólo una, Trece monos de César Mallorquí es una obra reciente. ¿Se debe todo a un plan para reivindicar a las escritoras? ¿Es que he decidido cambiarme de sexo? (Mi mujer no me lo perdonaría) Nada de eso. He escogido obras más o menos recientes del mercado, que me interesaban y que me parecieron de mayor calidad. ¿Entonces a qué se debe esta proliferación de literatura femenina en el blog? En todas las estadísticas se constata que las mujeres leen más que los hombres, por lo tanto es lógico que cada vez existan más escritoras con cierta notoriedad. También podría tratarse de una mera casualidad. Toda esta concienzuda e inútil reflexión viene a cuento de que una vez más me propongo reseñar una novela escrita por una mujer.
Como se dice en la contraportada del libro es mejor abordar la lectura de Fuera de quicio sabiendo lo menos posible de la trama. El título con el que ha sido publicado en España, We Are All Completely Beside Ourselves, me parece muy discutible, pero no esperen que yo se lo traduzca. La protagonista es Rosemary la hija menor en una familia de tres hermanos. Una familia muy peculiar, con un padre que estudia el comportamiento de los animales y una madre que pasa por períodos de depresión. Rosemary es muy pequeña cuando todo sucede y sus recuerdos se confunden, pero lo que está claro es que su hermana desparece y posteriormente también su hermano. Desde el principio intuimos que algo extraño sucede con la familia de Rosemary y es que Karen Joy Fowler juega "sucio", nos hurta datos importantes que luego, pasado un tercio de la novela, nos revela. La narradora, que no es otra que la protagonista, se disculpa por ello. Sin embargo, es gracias a esa ingeniosa treta que la novela cobra fuerza y logra agitar nuestras conciencias. Desde luego no voy a ser yo quién arruine la sorpresa.
En el resumen que se hace en la primera página del libro se dice que Karen Joy Fowler ha escrito varios relatos de ciencia-ficción. Lo cierto es que su nombre me sonaba vagamente, pero no he conseguido encontrar en mis estanterías nada de dicha autora, así que poco puedo aportar sobre esta faceta suya como escritora. Fuera de quicio no es ciencia ficción, sin embargo la ciencia está muy presente en la novela y un tema muy querido para el género como es el de la comunicación entre diferentes especies constituye una parte primordial de la historia, aunque en este caso no se trate de extraterrestres. Tras terminarla nos queda claro que determinados comportamientos de los seres humanos son muy similares al de algunos animales. La posesión, los celos, la competencia e incluso la revancha no son patrimonio exclusivo nuestro sino que tienen un origen claramente animal. A veces con ironía, en otras a través del drama la autora nos muestra que la diferencia entre hombres y animales es mucho más pequeña de lo que pensamos. También es un duro alegato contra el maltrato animal y la inexplicable crueldad de ciertas empresas cuando prueban sus productos comerciales.
Los temas que trata Fuera de quicio son variados. Además de los ya mencionados, el libro nos habla de la subjetividad de la memoria, de cómo nuestra mente maquilla nuestros recuerdos más dolorosos, del amor de hermanos, de la familia, de la infancia y de las cosas a las que hemos renunciado por querer distinguirnos de los animales. En definitiva de lo que nos hace ser humanos. Una emotiva novela, diferente, difícil de clasificar y escrita con gran convicción.
Como se dice en la contraportada del libro es mejor abordar la lectura de Fuera de quicio sabiendo lo menos posible de la trama. El título con el que ha sido publicado en España, We Are All Completely Beside Ourselves, me parece muy discutible, pero no esperen que yo se lo traduzca. La protagonista es Rosemary la hija menor en una familia de tres hermanos. Una familia muy peculiar, con un padre que estudia el comportamiento de los animales y una madre que pasa por períodos de depresión. Rosemary es muy pequeña cuando todo sucede y sus recuerdos se confunden, pero lo que está claro es que su hermana desparece y posteriormente también su hermano. Desde el principio intuimos que algo extraño sucede con la familia de Rosemary y es que Karen Joy Fowler juega "sucio", nos hurta datos importantes que luego, pasado un tercio de la novela, nos revela. La narradora, que no es otra que la protagonista, se disculpa por ello. Sin embargo, es gracias a esa ingeniosa treta que la novela cobra fuerza y logra agitar nuestras conciencias. Desde luego no voy a ser yo quién arruine la sorpresa.
En el resumen que se hace en la primera página del libro se dice que Karen Joy Fowler ha escrito varios relatos de ciencia-ficción. Lo cierto es que su nombre me sonaba vagamente, pero no he conseguido encontrar en mis estanterías nada de dicha autora, así que poco puedo aportar sobre esta faceta suya como escritora. Fuera de quicio no es ciencia ficción, sin embargo la ciencia está muy presente en la novela y un tema muy querido para el género como es el de la comunicación entre diferentes especies constituye una parte primordial de la historia, aunque en este caso no se trate de extraterrestres. Tras terminarla nos queda claro que determinados comportamientos de los seres humanos son muy similares al de algunos animales. La posesión, los celos, la competencia e incluso la revancha no son patrimonio exclusivo nuestro sino que tienen un origen claramente animal. A veces con ironía, en otras a través del drama la autora nos muestra que la diferencia entre hombres y animales es mucho más pequeña de lo que pensamos. También es un duro alegato contra el maltrato animal y la inexplicable crueldad de ciertas empresas cuando prueban sus productos comerciales.
Los temas que trata Fuera de quicio son variados. Además de los ya mencionados, el libro nos habla de la subjetividad de la memoria, de cómo nuestra mente maquilla nuestros recuerdos más dolorosos, del amor de hermanos, de la familia, de la infancia y de las cosas a las que hemos renunciado por querer distinguirnos de los animales. En definitiva de lo que nos hace ser humanos. Una emotiva novela, diferente, difícil de clasificar y escrita con gran convicción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario