Eximeno parece haberse especializado
en el relato de terror y aunque en el libro podemos encontrar cuentos fantásticos,
de ciencia-ficción e incluso algún que otro realista todos resultan a su manera
perturbadores, incluso espeluznantes. Se le nota cómodo con el terror. Eximeno
se maneja con soltura y parece conocerse al dedillo los recursos del género,
tanto es así que la mayoría de los relatos dan la impresión de haber sido
escritos con una enorme facilidad. Comentaré sólo algunos de ellos.
El abrazo es un buen ejemplo
de lo que escribe Eximeno. Parte de una idea extraña, en este caso un insólito
implante que sustituirá los pulmones de una mujer enferma, para contar una
inusual historia de relaciones familiares. Sobrecogedor.
Mesa es otro de los relatos
que quedan fijados en la memoria. Eximeno se atreve con una idea arriesgada y
sale bastante airoso del trance. Echo de menos una explicación de cómo se ha
llegado a ese absurdo pero la originalidad de la propuesta sirve para compensar
la falta.
Acéphale es uno de los
relatos más largos del libro. En esta ocasión Eximeno no parte de una premisa
original como en otras ocasiones pero el relato está bien escrito y se lee con
agrado. El título del cuento hace mención a una sociedad secreta fundada por el
escritor George Bataille. No son necesarios elementos fantásticos para
arrastrarnos hasta un final oscuro como los que le gustan al autor.
No te olvides de darle cuerda
es un pequeño y delicioso cuento como los que nos contaban de pequeños y cuya
gracia estriba en su sencillez más que en su originalidad.
Last exit for the lost es un
relato distópico con un tono muy similar a otras dos narraciones incluidas en
el libro: ¡Estamos embarazados! y Miembros de la compañía. La
primera se desarrolla en Marte y es además una historia de feroz supervivencia
pero en las tres nos encontramos con
sociedades muy condicionadas por sus leyes y gobiernos. En una impera un
comunismo despiadado, en otra se promueve una humanidad sin emociones y en la última
nos hallamos con un futuro desolador en que todo es comerciable. Podría argüirse
que se ciñen demasiado al esquema típico de utopía clásica y que resultan
demasiado obvios.
En Noverim Te (del latín déjame
conocerte) Eximeno se inventa una mitología con un monstruo hediondo llegado de
no se sabe dónde, que a pesar de lo peligroso y repulsivo que es a atrae a
masas de turistas del mundo entero. La economía del país depende de ello y el
gobierno no se detiene ante nada para mantener apaciguada a la bestia y obtener
beneficios. Eximeno también aprovecha para burlarse del turismo masificado y de
ciertos turistas que pagan por ver cualquier cosa.
Eximeno es un buen artesano, un buen
contador de historias y se nota que disfruta poniendo sobre el papel las muchas
ideas que se le ocurren. No es fácil escribir un libro de relatos que sea del
todo redondo. Por lo general suelen ser irregulares y contienen relatos muy
buenos alternando con otros que son prescindibles. También puede ocurrir que
después de leer unos cuantos acabemos por descubrir la formula o pautas que
acostumbra a utilizar el autor, y algo de esto último ocurre en De la carne de
Santiago Eximeno, que por lo demás se lee con agrado y nunca aburre, lo que ya
es bastante.
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