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Universo de pocos

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lunes, 14 de octubre de 2019

"Buscando a Jake y otros relatos” de China Miéville

"Buscando a Jake y otros relatos” de China Miéville            Aunque bien podría ser el reclamo de un anuncio de perfume masculino, bajo este título  se presenta el primer libro de relatos que publicó el escritor británico China Miéville. Un autor ya conocido incluso fuera del ámbito de la literatura fantástica y que ha sido merecedor de los premios más importantes: el  Premio Arthur C. Clarke en tres ocasiones, el Premio Británico de Fantasía dos veces, el Locus de Fantasía cuatro veces; en fin no está mal para tener 47 años. Cada libro de Miéville, que ya no se prodiga tanto como antes, es esperado siempre con gran expectación y su obra parece inspirar a muchos nuevos autores. Mi experiencia literaria con Miéville ha sido un tanto desigual. Hay libros suyos como la Ciudad y la ciudad que considero espléndidos, otros como La estación de la calle Perdido cuya primera parte me parece fascinante pero que se malogra al final y otros como Embassytown con ideas excitantes pero empañado por un desdibujado protagonista.

            Acompaña al libro un revelador prólogo de Cristina Jurado que yo recomiendo leer al final, no porque se destripe nada que impida el disfrute de los relatos, sino para poder disponer de suficientes elementos de juicio al hacerlo.

            El relato con el que arranca se titula precisamente Buscando a Jake y en él se nos describe un Londres apocalíptico bastante atípico. La gente desaparece inexplicablemente de las calles y en ese escenario de calles fantasmales el protagonista busca a su amigo que se llama Jake, nombre éste que los más avispados habrán inferido de inmediato. Lo mejor es la atmósfera de desolación y extrañeza que logra conferir Miéville; lo peor, el desenlace.

            Cimiento es un relato de un hombre atormentado por los horrores de la guerra. La culpa por lo que hizo le persigue y los edificios con sus susurros parecen pedir tributo. Miéville logra impregnar el texto de un desasosiego casi insoportable. Los cimientos a los que se refiere el título y sobre los que se sustenta nuestra civilización son los millones de cadáveres que fueron necesarios ser sacrificados para llegar a donde estamos.

            El parque de Bolas está escrito en colaboración con Emma Biecham (su pareja) y Max Shaefer. Se trata de una narración de fantasmas bastante convencional y lo único que la aleja de otras historias parecidas es que está situada en una especie de tienda de IKEA y de que está dotada de una manifiesta carga crítica.

            Con este larguísimo título, Informes sobre diversos sucesos acaecidos en Londres, el autor británico demuestra que además posee sentido del humor, algo que muchos ni siquiera sospechábamos. Unos documentos llegan  por equivocación a su protagonista, que no es otro que Miéville. De ellos se desprende que existe un grupo secreto que investiga calles fantasmas que aparecen y desaparecen. Una historia tan singular como divertida.

            En Familiar un mago se despreocupa de la criatura que ha creado y deja que vague por un Londres lleno de posibles recursos. En su deambular por las calles aprovecha todo lo que encuentra para mejorar su proteico cuerpo, desde las patas de un pájaro hasta un paraguas abandonado. Si no recuerdo mal en su novela La estación de la calle Perdido aparecía un monstruo muy semejante. En unos dibujos animados habría quedado mejor.

            La idea de las vermipalabras que originan Entrada extraída de una enciclopedia médica es brillante y Miéville la sabe aprovechar. Un relato breve pero intenso contado a través del extracto de una enciclopedia.

            Detalles es uno de los relatos que más me han gustado. No sabría decir muy bien por qué la historia del muchacho que deja comida a la puerta de una anciana a la que nunca ve consigue conmoverme, puede que sea la atmósfera de misterio que la alienta. El tema de la existencia de una realidad que no todos vemos es muy querido por Miéville.

            Mensajero no le va a la zaga. Una historia digna de Philip K. Dick con un personaje que recibe mensajes por los medios más insospechados y cuyas dudas por hacer lo correcto lo arrastran al borde de la locura.

            Cielos diferentes es un relato “lovecraftiano” en el que Miéville sustituye a los habituales monstruos por unos terrores muy diferentes. Lo que realmente asusta a un viejo puede ser sorprendente. Una vez más lo mejor es el clima que logra crear el autor.

            En Acaba con el hambre Miéville la emprende contra la hipocresía que hay tras muchas  campañas humanitarias de empresas y ONG. Se trata de un relato bienintencionado pero que carece de matices, de buenos y malos, que suena a ya visto.

            Noche de paz es un insólito relato de navidad, de una navidad bajo la dictadura de las marcas registradas. Divertido, ingenioso y cáustico. Se trata de un alegato contra la tiranía del capitalismo al que parece nos vemos abocados.

            Jack trata de la manipulación, una historia que nos quiere dar a entender que los que están por encima, los que poseen el poder manejan todos los hilos aunque a veces creamos que no es así.

            El azogue es el más extenso de los relatos pero no por ello el mejor y al que le ocurre  como a algunas de sus novelas, que por algún detalle no acaban de cuajar. La idea surge de un texto de Borges: “La fauna de los espejos”, que es citado al final. Posee algunos pasajes magníficos de un terror absoluto y unas imágenes de un Londres apocalíptico difíciles de olvidar, sin embargo además de un final decepcionante la historia chirría al adoptar recursos típicos del género de la ciencia-ficción para luego apartarse de algunos de sus convenios. ¿Por qué justificar fantasías imposibles mediante explicaciones dentro del marco de la ciencia?

            Buscando a Jake y otros relatos nos brinda la ocasión de ver cómo se maneja Miéville en las distancias cortas. Se trata de un escritor que se apoya en gran medida en una cuidada ambientación, en la creación de un clima de inquietud, algo que en un primero momento podría hacernos pensar que está reñido con la concreción que exige el cuento; sin embargo su prosa sugerente logra superar este obstáculo. Además el cuento permite que su gran imaginación vuele aun con mayor libertad. En este libro se encuentran muchos de los temas que nutrirán sus futuras novelas: la denuncia del capitalismo, la relación entre arquitectura y psique, las realidades ocultas, las conspiraciones de los poderosos, el horror, los monstruos de la mente y el anhelo permanente de expandir el género fantástico.

            Una estupenda oportunidad de conocer a un autor nada convencional que abre nuevas puertas a un género que lo necesita con urgencia, no se lo pierdan.         

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