Por alguna extraña razón éste es uno de los libros que más
me ha costado reseñar. No se trata de una novela con una estructura
especialmente compleja y su lectura no entraña tampoco una gran dificultad. A
decir verdad, Lisa Tuttle escribe bien y se hace entender sin problemas. La
obra no es enrevesada ni tampoco es necesario tener grandes conocimientos de
ciencia, en concreto de física cuántica (disciplina que se menciona durante más
de una ocasión en la obra), para su comprensión. Supongo que debe ser por todos
estos motivos, en definitiva porque no hay nada que destaque especialmente, por
lo que me cuesta tanto realizar una reseña de esta novela, que, por cierto, fue
nominada para el premio Arthur C. Clarke en el lejano 1993.
Futuros perdidos es la historia de Clare Beckett
una mujer que por elección propia lleva una vida rutinaria sin apenas
sobresaltos hasta que una mañana se despierta al lado de alguien al que apenas conoce. A partir de ese momento
Clare comienza a recordar acontecimientos de
su vida que nunca han podido suceder. En su mente esos recuerdos
aparentemente falsos se confunden con los verdaderos sin que a veces Clare
pueda distinguirlos. A las pocas páginas descubrimos además que algo terrible
ocurrió en el pasado cuando ella era todavía una adolescente, algo que la
atormenta y desgarra por dentro, algo por lo que Clare sería capaz de hacer lo
que fuera para que no se hubiera producido. Tan fuertes son esos deseos de modificar
su pasado que sueña con vidas alternativas. Sin embargo, y para desgracia de
Clare, no le es posible controlar esas vidas. En manos de otro escritor podría
haber dado como resultado una obra enrevesada y confusa, pero Tuttle sabe
controlar el material que tiene en sus manos sin artificios o extraños
experimentos formales y sin perder en ningún momento el rumbo de lo que quiere
contar.
Todos en nuestra vida nos hemos preguntado alguna vez qué
hubiera ocurrido si hubiéramos tomado una decisión diferente a la que en su día
tomamos, y seguramente hemos especulado sobre ello y sobre los efectos que podría
haber tenido en nuestra forma de ser. Nuestra vida está llena de decisiones
importantes que han tenido consecuencias. ¿De qué manera hubiera afectado a nuestro presente si hubiéramos
elegido estudiar algo diferente? ¿Qué hubiera ocurrido si me hubiera atrevido a
decirle a aquella compañera de clase que me gustaba? ¿Qué hubiera ocurrido
si..? El tema es interesante y otras novelas, como Volver a empezar de
Ken Grimwood o Las primeras quince vidas de Harry August de Claire
North, lo han abordado de manera diferente. Tuttle se vale de ciertas hipótesis
de la mecánica cuántica que aventuran la existencia de múltiples universos para
darle una mayor verosimilitud a su historia. Si aceptamos esta conjetura, cada
vez que tomamos una decisión escogemos de entre uno de los infinitos cursos
posibles que podría seguir nuestra vida. En los años en que se publicó por
primera vez este libro la idea era realmente original, pero últimamente incluir
cualquier cosa que tenga que ver con la ecuación de Schrödinger y el colapso de
la función de onda se ha puesto de moda por lo que Futuros perdidos ha
perdido gran parte de su fascinación original.
A la novela no le falta interés y
Tuttle logra sacarle partido a un personaje corriente que lleva una vida sin
demasiadas emociones gracias a los diversos mundos
alternativos a los que la autora lo enfrenta. Una novela correcta que sin
embargo, no ha logrado impresionarme excesivamente. Tal vez en esa corrección,
en ese transitar por los caminos más lógicos esté el fallo de la novela, y es
que Futuros perdidos, a pesar de todos su méritos, en ningún momento me
llega a sorprender.
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